Cómic: The Amazing Spider-man #2
Guión: Stan Lee
Dibujo: Steve Ditko
Entintado: Steve Ditko
Portada: Steve Ditko
Fecha de publicación: Mayo 1963
Edición española: Biblioteca Marvel: Spiderman #1/Spiderman de Lee & Ditko #1

Sinopsis: En la primera historia, Spiderman se enfrenta al Buitre. En la segunda historia, combate al Chapucero y debe detener una invasión alienígena auspiciada por este.

Notas: Primera aparición del Buitre, el Chapucero y el doctor Cobwell. Primera aparición de la revista Now.

Reseña:

"Duelo a muerte con el Buitre"


Segundo número de la serie, en el cual Stan Lee decide que ya es momento para que Spiderman se enfrente a un enemigo con superpoderes (aunque es cierto que el Buitre no tiene poderes propiamente dichos, sí tiene habilidades especiales, aunque estas sean de origen artificial).

Ya en la primera página, un simple pero muy efectivo dibujo de Steve Ditko y un cuadro con la típica jerga de Lee nos ponen en situación. La ilustración es ya mítica, y ha servido de base para algunas páginas o portadas de cómics posteriores. Personalmente, me encanta, y la prefiero por mucho a la elegida para ilustrar la portada del número.

En las siguientes 7 páginas se desarrollan unos acontecimientos que se revelarían con el tiempo como parte fundamental, no ya de esta primera etapa del personaje, sino de toda su historia en general.

El Buitre comete diversos atracos y J. Jonah Jameson, el editor que pudimos conocer en el anterior número, decide publicar un monográfico sobre el criminal. Sin embargo, no cuenta con fotos. Este hecho llama la atención de Peter Parker, quién decide probar suerte como fotógrafo, aprovechándose de las ventajas que le puede ofrecer ser Spiderman en ese aspecto. Así, podemos ver cómo Peter pide a su tía la vieja cámara de su tío, mientras el Buitre planea el robo de unos diamantes durante el traslado de estos.

El villano decide avisar a la policía de su futura fechoría, y Spiderman se encuentra con él. En un intento de sacarle fotos, Spiderman vuelve a contar con su poca experiencia como punto débil, y es una presa fácil para él.

Llegados a este punto, nos encontramos con otra escena muy conocida y recordada: Spiderman se ve atrapado en un depósito de agua, con su telaraña agotada, del cual escapa gracias a su astucia y agilidad. Esto demostraba, una vez más, cuan diferente era el héroe adolescente de los superhombres estereotipados del pasado.

Seguidamente, una vez en casa, Peter diseña una de sus últimas señas de indentidad en cuanto a su estética se refiere. Su cinturón de cartuchos de telaraña. Ciertamente, un elemento necesario, no ya en el propio hilo argumental, sino para ganar en credibilidad (sería absurdo que su telaraña jamás se le agotara). Adem,as prepara, según sus propias palabras, un "chisme" para un futuro encuentro con el Buitre.

En la última de las siete páginas cruciales anteriormente mencionadas, tiene lugar el primer encuentro cara a cara entre Peter Parker y Jameson, y el comienzo de la colaboración entre ambos como empleado y jefe, que dará muchos momentos inolvidables con los años.

Así, tras unas cuantas viñetas en la que no se olvida el entorno estudiantil de Peter, tiene lugar la confrontación final entre héroe y villano. Una batalla ágil, rápida, y que sin lugar a dudas deja con ganas de más. Apenas se intercambian diálogos entre los personajes, y la lucha propiamente dicha es casi inexistente. Spiderman derrota al Buitre con pasmosa facilidad, haciendo uso de su "chisme" previamente fabricado, con el que invierte la energía mecánica del arnés del villano, haciendo que este caiga suavemente hasta una azotea dónde los policías lo capturan. Quizá Stan Lee no quería alargar más de lo debido el encuentro y optó por el camino fácil para dejar espacio a la siguiente historia. O quizá no. La cuestión es que aún no había tenido un auténtico enfrentamiento en el que Spiderman pudiera exhibir por completo sus habilidades. Esta especie de "deuda", sin embargo, sería saldada por Stan y Steve en números posteriores.

La historia concluye con Peter vendiendo de nuevo fotos a Jameson, y dando una alegría a su tía con el dinero ganado. La última viñeta nos muestra una escena típica de estos comienzos de la Era Marvel, y un tanto ingenua, pues muestra al Buitre planeando su venganza en la cárcel... con sus alas equipadas.


"¡La extraña amenaza del terrible Chapucero!"

En la segunda historia incluida en este segundo número de Amazing, Spiderman vive una de las aventuras más extrañas de, prácticamente, su primera década de existencia.

Todo comienza con Peter recibiendo un encargo de un profesor llamado Cobwell, quien le manda a recoger una radio al taller de "El Chapucero", apenas unos minutos después de conocerle y proponerle que le ayude con sus experimentos. Si debo ser sincero, esta parte me parece muy forzada e irreal por parte de Lee, con tal de dirigir a Peter al escenario de la acción.

Una vez allí, se nos presenta a un anciano aparentemente inofensivo, que se dirige a recoger la radio, mientras Peter siente algo raro con su sentido arácnido. El lector descubre que el Chapucero trama algo en colaboración con lo que parecen ser alienígenas (verdes y nada parecidos a los humanos, como solían aparecer en distintos ámbitos culturales en aquella época. Los Skrulls son el ejemplo más claro dentro del universo Marvel). Peter regresa al laboratorio, sorprendido tanto por los bajos precios del Chapucero como por las señales que sigue emitiendo la radio.

El doctor Cobwell debe ausentarse unas horas, momento en el cual Peter decide investigar el taller del Chapucero como Spiderman. En el sótano conoce el plan de los alienígenas: espiar a militares y científicos con la ayuda de unos dispositivos instalados por el Chapucero en los aparatos que estos últimos le llevan para que los arregle. A partir de este momento, Spiderman es descubierto y se suceden unas cuantas viñetas de pura acción (más consistente que en la historia anterior), hasta que el héroe es derrotado y atrapado en una prisión de cristal, de la cual se disponen a extraer el aire.

Spiderman usa de nuevo su astucia antes que la fuerza bruta, y de un modo que, en este caso sí, considero original, logra usar su telaraña a través de unos pequeños agujeros para activar el control que abre su prisión. De todas maneras, no alcanzo a entender cómo el aire se escapa por esos agujeros sin que entre nuevo al interior.

Los alienígenas se achantan y el Chapucero logra escapar entre el humo creado en la confusión. De regreso al laboratorio, el doctor Cobwell afirma haber visto una nave extraterrestre en el cielo, pero descarta la idea por ridícula, para alivio de Peter. La historia concluye con una viñeta que deja al lector con un toque de confusión y misterio, mientras Peter sujeta una máscara que representa la cara del Chapucero, arracanda durante el escape de este en el humo. Misterio que no se resolvería hasta la friolera de quince años después.



Una vez comentado el número y las tramas principales de forma general, paso a comentar diversos aspectos más costumbres, como viene siendo costumbre.

Respecto a la primera historia, se nos presenta al Buitre, villano característico de Spiderman y uno de sus más reconocibles enemigos. No obstante, aquí apenas se nos presenta como el villano etereotipado que tan solo busca atracar bancos sin ninguna ambición en particular. Curiosamente, y al contrario que con otros personajes de los que hablaremos en próximas reseñas, esta imagen del Buitre apenas vararía a lo largo de los años. El personajes ganaría en personalidad y carisma, por supuesto, pero no será hasta los años 80 cuando conozcamos su pasado, sus ambiciones, sus sentimientos más profundos. Personalmente, uno de los aspectos que hacen llamativo al Buitre no es sino su avanzada edad. Apenas hay muestras de supervillanos de la tercera edad, y el Buitre es sin duda el mayor representante de ellos. El contraste con el juvenil Spiderman, sobretodo en estos primeros años de andadura del héroe, crea una atmósfera magnífica en todos sus encuentros.

Por otra parte, se dan un par de situaciones que a mi parecer son un tanto forzadas (pero no influyen, como suelo decir en la mayoría de casos, en el resultado global, al menos no de manera importante). La resolución de la batalla me parece precipitado, y me sorprende como siempre que Peter pueda crear artefactos que deben ser como mínimo complicados en tan poco tiempo y con tanta precisión (y aún más sin haberlos, aparentemente, probado).

Respecto a la segunda historia, se nos presenta, curiosamente, otro villano anciano. Aunque en este caso la aventura deja con más preguntas que respuestas. ¿La "clásica" invasión alienígena era real? ¿Era el Chapucero un extraterrestre? ¿Por qué encarga el doctor Cobwell a un compañero de laboratorio que recoja una radio que ha llevado a reparar nada más conocerlo? Ciertamente, me ratifico en que es una de las aventuras más extrañas que haya podido vivir el Trepamuros. Sus historias, al menos en esta época, deberían ser más mundanas, de amenazas de supervillanos con poderes y criminales callejeros. Mezclar a Spiderman con los alienígenas de buenas a primeras dejó un sabor agridulce. Stan Lee debió darse cuenta de ello, por lo que no repitió la jugada (dejando sin embargo, un montón de preguntas en el tintero).

Finalmente, Ditko realiza de nuevo un trabajo más que correcto. Personalmente, lo noto mucho más luminoso que en el número anterior, y va cogiendo el pulso a Spiderman y sus distintas posturas en las escenas de lucha. El diseño del Buitre es ya un clásico, y se ha mantenido prácticamente igual hasta la actualidad. Todo un acierto.

En resumen, nos encontramos ante un número con algunas carencias en la primera historia, y otras más notables en la segunda. Así pues, las notas quedan así.

Primera historia: 10 (la corta batalla no es motivo suficiente para quitarle la nota máxima. Se desarrollan aspectos fundamentals del personaje en estas páginas)

Segunda historia: 8'5


Nota: 9